El Sportivo Luqueño viene de perder el martes contra el argentino Godoy Cruz en Mendoza por 2-0, en su segunda presentación en la Copa Sudamericana. En la primera, había sido derrotado en Asunción por el brasileño Gremio por 2-1. Con semejante bajo nivel, el club popular debería tirar las pocas cartas que tiene en el certamen doméstico.

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La temporada auriazul en números es tremenda. De los 15 partidos disputados, ganó 3, empató 5 y perdió 7. Lo más preocupante es que sus principales referentes, como los Aguilar, Alfredo y Pablo César, probablemente sean los que tengan el rendimiento más discretos, cuando son ellos los indicados a levantar futbolísticamente al grupo.

Lo mejor de todo del Sportivo sigue siendo su afición, madura y tolerante, que expresa su descontento a través de las redes sociales, dejando de lado la violencia, que antes caracterizaba a los seguidores del club.

Luqueño necesita un volantazo, porque su permanencia en el círculo privilegiado está en riesgo. El partido del sábado contra Cerro Porteño, a disputarse en La Nueva Olla, a las 18:30, lo debe sacar adelante para calmar las aguas.

El papelón internacional cobra repercusiones negativas, precisamente en el exterior. El año pasado, el elenco de la Ciudad de la música no pudo ganar un solo partido de la fase de grupos de la Sudamericana, con un alarmante registro de un empate y cinco derrotas. Ahora ya lleva dos caídas.

La próxima actuación en el certamen de la Conmebol está marcada para el miércoles 23 del presente mes contra el peruano Atlético Grau. Este cotejo se desarrollará en el imponente estadio Monumental del Universitario de Deportes, en Lima, a las 23:00 de nuestro país.