Consumido por la desesperación

Víctor Bernay realizó varios cambios para este encuentro, buscando un mejor rendimiento del equipo azulgrana y con ello cortar la racha de falta de victorias.

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Con la aceleración e inventiva de Cecilio e Iturbe por los costados, el Ciclón intentó marchar la diferencia y lo consiguió. En el mano a mano el sector izquierdo fue el más importante. Allí, Arzamendia fue un apoyo constante y por momentos de lo más peligroso.

Por derecha el funcionamiento no fue el mismo. Iturbe siempre buscó meterse al medio y Giménez participó muy poco en ofensiva.

Con el azulgrana como dueño del balón y por ende siendo el equipo que siempre propuso, Tacuary priorizó acomodarse bien atrás y salir rápido cada vez que lograba recuperar la pelota.

En una de las pocas donde tuvo tiempo y espacio, Camacho dirigió la contra, asistió a Clar y su remate exigió al máximo a Jean.

Las buenas conexiones del conjunto de barrio Obrero no tenían las mejores finalizaciones. Algunas por el trabajo defensivo de si rival y otros porque el apresuramiento les terminaba jugando en contra.

Lo mejor del repertorio ofensivo de Cerro Porteño se vio en los primeros diez minutos de la segunda parte, lapso en el que el arquero Aldo Bareiro fue exigido al máximo y respondió de muy buena manera.

Bernay ordenó los ingresos de Carrascal y Fernández para la complementaria, intentando darle mayor dinámica y buen pie a su equipo en esos últimos metros al arco adversario.

Pero después de lo que fue esa ráfaga ofensiva, el azulgrana se fue quedando de a poco en la intensidad, permitiendo que el albinegro les tome la mano y mejore las coberturas defensivas.

Cuando el juego asociado no marcaba diferencias, Cecilio volvió a ser determinante en el mano a mano para generar espacios. La más clara fue el remate de Fer Fer que pegó en el palo. Ni la fortuna se ponía del lado del Ciclón.

El que de a poco fue poniendo pelotas peligrosas en campo rival fue el Buque. En una de ellas aprovecharon los espacios y tras una excelente asistencia, Camacho definió esquinado y exigió al máximo a Jean. Pero el peligro no se alejó del área azulgrana, porque en la siguiente, a la salida de un tiro de esquina Marcos Cáceres conectó de cabeza para poner al frente a Tacuary y propinar un inesperado golpe al de barrio Obrero.

Angustiados, con desorden y con la mayoría de sus hombres ya golpeados en lo anímico. Así terminó jugando el Ciclón, consumido por la desesperación.

“Hoy no tuvimos el protagonismo que deseamos tener. Si es que tuvimos ocasiones de gol, pero no fuimos un equipo que pueda tener control de juego los noventa minutos”, fueron las primeras palabras del entrenador de Cerro Porteño, Víctor Bernay tras la caída ante Tacuary.

Consultado si aún se siente con fuerzas para continuar, el DT indicó: “Lo único que tengo es tristeza, pero no voy a hablar de la continuidad. Para eso está el dirigente y es quien tiene que tomar la decisión final”.

En lo que respecta a la falta de gol, señaló: “Mala suerte no podemos decir. Son momentos y rachas que pasan los equipos. Es verdad que no podemos convertir, pero trabajo nunca falta ni va a faltar”.

“Estamos tristes y dolidos porque no es el resultado que queríamos obtener. Al hincha, pedirle disculpas”, concluyó.