“Hoy todos estamos de luto por la partida de un Pedro (papa Francisco) que ha sabido cumplir con lo que el Señor le había encomendado. Pero creo que han sido doce años fecundos para la Iglesia, y cuando te piden explicación sobre la muerte de un papá, y uno acaba de perder a un padre, se torna difícil atender el teléfono sin tener lágrimas en los ojos”, comentó el cardenal Adalberto Martínez.

Seguido expresó: “Pero era un Papa que no tenía miedo a la muerte y creía firmemente en la resurrección. Nos deseó felices pascuas, aunque con la voz entrecortada, pero sus actitudes eran más elocuentes que sus palabras”.

“Creo que él quiso despedirse de nosotros, por eso estuvo presente allá deseándonos felices pascuas. Hay una sede vacante, pero no hay vacancia de su presencia, de sus enseñanzas, del legado que dejó en la Iglesia. Dejó una Iglesia más dinámica, más enraizada en Jesús”, remarcó el Cardenal.

En otro momento apuntó que Francisco dejó una Iglesia que quiere regresar a sus orígenes. “Haciendo siempre el bien, así como lo hacía Jesús, caminando por el camino de los pobres, de los necesitados. Una iglesia que no vino por los sanos, sino por los enfermos. Una iglesia que no vino por los justos, sino por los pecadores. Es un Papa de la misericordia, un Papa siempre muy paternal”.

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“El papa Francisco nos dejó un legado y unas enseñanzas que deberíamos continuar”, resaltó.

El cardenal Adalberto Martínez viajará mañana con destino a Roma junto con Aldo Bernal Chena, canciller del Arzobispado de Asunción. El vuelo sale a las 13:45.

“Será mi primera experiencia en participar en la elección del sucesor de Pedro. Yo siempre sostuve que el sucesor de Pedro es lo que nos sostiene a nosotros como iglesia”, indicó.

Ante el apunte que será elector, pero también elegible, señaló: “Para la iglesia lo importante es ser misionero. Yo estaba bien como Cura de pueblo, Obispo de varios pueblos y estaba como Párroco en la parroquia Sagrados Corazones cuando me llamaron a ocupar el cargo de Obispo auxiliar. Digo cargo porque los cargos son cargas y nadie debería aspirar a cargos dentro de la iglesia. Yo lo único que aspiro es que el Reino de Dios pueda ser conocido y que todos podamos vivir desde la pequeñez”.

Para finalizar, Adalberto Martínez dejó en claro que está contento con su rol, agregando que hay otros Cardenales que son candidatos, que trabajan mucho más de cerca con el Papa y residen allá.